Los Arcángeles Uriel, Miguel, Gabriel, Kerubiel, Serafiel y Rafael, dan nombre a tan solo algunos de los vinos de la vinícola Adobe Guadalupe. Conoce su historia.

La historia de Adobe Guadalupe inicia con el sueño de un joven llamado Arlo. Él tenía una fascinación por la cultura mexicana, desde los zarapes hasta la Virgen de Guadalupe. Donald Miller, banquero de profesión, junto con su esposa Tru querían tener su propio viñedo en Napa Valley o Sonoma. Arlo formaba parte de este proyecto, el cual se pospuso tras su muerte en un trágico accidente automovilístico.

Un año después de su muerte, su madre Tru viaja a París en busca de un lugar para depositar las cenizas de su hijo. Es justo en la Catedral de Notre Dame en donde ella ve una silla con toques mexicanos y sobre esa silla un zarape. En ese mismo lugar estaba un altar dedicado a la Virgen de Guadalupe. Ella tomó esto como una señal de que su hijo quería descansar en México.

Tiempo después, Tru y su esposo Don hacían labor social en un orfanato en la Misión B.C. Estando allí, hicieron un viaje a Ensenada, en donde probaron un vino Nebbiolo, del cual quedaron fascinados; este tinto era de la casa vinícola L.A. Cetto. Al ser un apasionado de los vinos, Donald decide visitar junto con Tru el Valle de Guadalupe. Visitan las bodegas más importantes de aquel tiempo, dándose cuenta que la calidad de los vinos mexicanos es excelente y que el clima mediterráneo del Valle es el ideal para los varietales de uva que Don tenía pensado para su viñedo. Por su parte, Tru sintió una gran conexión con el Valle, pues pensó en su hijo Arlo, como si él a través de la Virgen les señalara el lugar en el cual quería descansar.

En 1997 compran una propiedad de 26 hectáreas, Don vende su banco y Tru su escuela de idiomas. Así inicia la construcción de la hacienda a cargo del arquitecto iraní Nassir Haghiaghat, quien aprovecha las condiciones naturales del Valle para hacer una construcción única, influenciada por la arquitectura iraní. En el mismo año se plantan las primeras cepas traidas desde Francia. Para 1999 los Sres. Don y Tru Miller ya vivían en Adobe Guadalupe. En el 2000 se libera la primera cosecha a cargo del primer enólogo Hugo D’Acosta, quien recurre a Tru Miller para nombrar sus vinos. Al pensar en su hijo Arlo, Tru lo recuerda tan amigable y alegre que piensa que sus amigos ahora serían los propios Arcángeles, así es como nacen los nombres de Uriel, Miguel, Gabriel, Kerubiel, Serafiel y Rafael.

Tru Miller, lingüista de profesión, elige el nombre de la vinícola como Adobe Guadalupe. En algunos idiomas que ella conoce, la palabra Adobe está relacionada con el nombre “hogar”, y también le da el nombre Guadalupe gracias al Valle y a la Virgen. En la actualidad, Adobe Guadalupe está posicionada como una de las vinícolas de más prestigio a nivel nacional e internacional.