Nepal tiene una diversidad étnica y ecológica que pocos países tienen: desiertos, selvas, tundra, montañas, bosques, lagos. Katmandú es el lugar donde toda esta diversidad converge. Sólo o acompañado, descubrir un lugar como estos es una experiencia que te deja fascinado.

Bajamos en avión de las nubes. El viaje fue breve. Hace apenas una hora y media estábamos despegando de Nueva Delhi, huyendo de su calor insoportable de 48 grados. En este aparato viejo estoy rodeado de pasajeros de rasgos físicos diferentes y curiosos, rasgos que rara vez se ven fuera del subcontinente indio. Ibamos a Katmandu.

Mis recuerdos de esta ciudad eran tan surreales que hasta parece que son recuerdos de un sueño. Vine por primera vez hace 4 años. Por fin se me hizo regresar! Por la ventanilla del avión se ven monta­ñas que suben y suben hasta donde ya no se ven. Hasta las nubes de donde salió nuestro avión. Hasta el techo del mundo.

En el verano pasado regresé a Kathmandú. Había tenido la oportu­nidad e ir antes, y este lugar me había fascinado. Esta vez, estuve ahí un tiempo solo, y después me alcanzaron unos amigos. Sólo o acompañado, descubrir un lugar como estos es una experiencia que te deja fascinado.

Nepal es un país que se encuentra exactamente al otro lado del mundo para México, en términos geográficos. Tiene una diversidad étnica y ecológica que pocos países tienen: desiertos, selvas, tun­dra, montañas, bosques, lagos. Katmandú es el lugar donde toda esta diversidad converge.

Katmandú es contrastante como el D.F., y más caótica: Coches de todas las épocas, de dos, tres, cuatro o cinco ruedas, bicicletas, carretas, tractores, rickshaws, tuk tuks, búfalos, vacas, cabras, gallinas. TODO. Al principio, el shock es fuerte. Se siente como un golpe. La ciudad te embriaga con su vibra increíble.

Desde el taxi ves con intriga los destellos de dorado de los templos que se ven entre las casas coloridas, con los rituales religiosos y numerosos altares que se ven siempre en las calles, la variedad de la gente en la calle y los monasterios y edificios de muchos siglos de antigüedad.

En Nepal predominan el hinduismo y el budismo. El lugar donde nació Buda se encuentra en Nepal. Y en este pequeño país hay importantísimos centros de peregrinación de estas dos religiones.

En Katmandú se puede visitar los lugares más sagrados de las dos religiones, que se encuentran muchas veces juntos, y a veces has­ta unos encima de otros.

El maravilloso Pashupatinah, dedicado a Shiva, la “patrona” de Nepal (lo equivalente a nuestra Guadalupana) es un centro de pere­grinación internacional. Ahí se pueden presenciar las cremaciones las 24 horas del día mejor que en ningún otro lugar del mundo (aún mejor que en India), un espectáculo muy impactante. En el tem­plo se ven changos, vacas, santos hindúes y cosas que cuestan creer. En algunos lugares de la ciudad se puede asistir a los sacri­ficios de animales que le hacen cada semana a Shiva los nepalíes .

También se pueden visitar los sitios budistas. Las 3 ramas del bu­dismo son practicadas en Nepal. Alrededor de éstos monumentos, los peregrinos dan vueltas mientras rezan. Se siente un ambiente mágico cuando se visitan estos sitios, de los cuales los más bellos se encuentran en Katmandú, como las stuppas de Boudhnath o de Swayambunath.

Nepal es uno de los mejores lugares del mundo para ver la cultura tibetana, ya que cuenta con una enorme comunidad de refugiados del Tíbet. Un mundo diferente a conocer.

NEPAL, EL PARAÍSO DE LOS BACKPACKERS.

Por excelencia, Nepal es el paraíso de los mochileros. Para alojar­se, aquí hay cientos de distintas opciones que van desde los 7$ por noche hasta los lugares más caros con todo el lujo del mundo (yo me quedé en lugares de menos de 15$ la noche, y créanme, están más que perfec­tos para un chavo: sin ningún lujo pero impecables y muy a gusto).

Nepal tiene muchos lugares para admirar la naturaleza. Es el paraí­so de los alpinistas. Tiene valles y desiertos de altitud cuando te acer­cas al Tíbet y selva exótica y tropical llena de fauna endémica cuando te acercas a la India. Es el paraíso si te gusta hacer treks.

COMO LLEGAR

Para llegar a Nepal desde el DF, se ne­cesitan hacer mínimo dos escalas en avión. Se puede ir vía Europa o vía el Este asiático. Nepal tiene un solo aero­puerto internacional que se encuentra en Kathmandú, su capital.

Los únicos vuelos directos a Nepal lle­gan de algunas ciudades asiáticas gran­des. No existen vuelos directos desde Europa ni desde America.