La mezcla de colores según Medellín

¿Qué es travelmall?

Travelmall es una plataforma donde puedes encontrar miles de viajes en un solo lugar. Gastronomía, cultura, ecoturismo, lujo, negocios, naturaleza, playas, aventura…Somos el primer medio con las más atractivas ofertas para que encuentres el viaje a tu medida no solo en México sino en todo el mundo.

La mezcla de colores según Medellín

La capital antioqueña, aún bañada en una amplísima gama cromática, está regida por tres colores; los dos primeros saltan a la vista, mientras que el último toma un poco más de tiempo localizarlo, tanto como una taza de tinto tarda en llenarse.

Colombia, vista como un todo, estaba conformada de una alegre amalgama de cosas, al menos así lo era para mí. La música era sinónimo de vallenato; ¿arte? las esculturas rollizas de Botero; todos los lugareños debían hablar como en las telenovelas; ¿y de beber? café, no existe nada más. Todos estas generalidades, positivas quizá pero generalidades al fin, se vinieron abajo a las pocas horas de pisar suelo antioqueño.

Lo primero fue conocer que Colombia está dividido en 32 departamentos, y que Medellín es capital de uno de ellos: Antioquia. Los antioqueños, o “paisa”, como denominan tanto al oriundo de esta región como a todo lo que a éste concierne, se jactan de poseer una de las culturas más características dentro de este de por sí característico país. De aquí no es el vallenato (este género nació en la costa caribeña, en los departamentos Bolívar y Sucre), de acá es la carrilera (un tipo de música plagado de letras “picantes”, parecidas a algunas melodías del antioqueño Juanes). En cuanto al acento colombiano, nadie habla como los antioqueños. Esto lo supe la primera vez que crucé palabras con uno. Las vocales y las consonantes toman un matiz distinto, labrando suavemente una manera única de interpretar el idioma español. Pronto supe que los actores de las telenovelas que yo conocía hablaban “bogotano”. En lo que concierne al arte y la bebida estaba más acertado. Fernando Bo- tero, famoso escultor y pintor nacido en Medellín, sí es un referente del arte colombiano, pero no el único; y el café sí es religión, en los montes de región se encuentra el Eje Cafetero, de acá también es la marca Juan Valdéz. De esto me enteré al llegar a Medellín, lo siguiente fue descubrir su esencia, así como los colores que la visten.

Medellín es verde

Lejos de basarnos en la tonalidad esmeralda del equipo de futbol local, el Atlé- tico Nacional, apodado “El verde paisa”, hacemos referencia a su abundante y apabullante vegetación.

Estando situada en el Valle de Aburrá, Medellín está rodeada de montañas cu- biertas de árboles, con una infinita gama de tonalidades verdáceas. No hay mejor muestra de esto que el trayecto mismo desde el Aeropuerto Olaya Herrera hasta el centro de la ciudad.

Conocer la naturaleza local es conocer una parte importante de la ciudad y de su cultura, y no hay mejor lugar para esto que el Parque Explora, museo interactivo ubicado en la Ciudad Universitaria de Medellín, cerca también del Cerro El Volador, sede de un enorme parque natural.

Medellín es naranja

Si por alguna inexplicable razón el color verde escapó de tu mirada, el naranja de los ladrillos que visten casi todas las construcciones antioqueñas no lo hará. Tomando el Metrocable, extensión natural del metro de Medellín, podrás apreciar mucho más todo el valle cubierto del color rojizo ocre del ladrillo, más aún si lo miras desde el Parque Biblioteca España, en el barrio Santo Domingo Savio.

Me resultó imposible encontrar una respuesta convincente al por qué la cultura andina colombiana gusta tanto de este material, especialmente cuando algunos de los antioqueños consultados no lo tienen en buena estima. Lo que no se puede negar es que otorga a esta ciudad un toque especial.

Volviendo al centro histórico, la Catedral Basílica Metropolitana, situada en el Parque Bolívar, fue reconocida como la construcción en ladrillo cocido más grande del mundo.

La mezcla del verde y del naranja según Medellín
Los puristas cromáticos podrán discernir ante la siguiente afirmación, pero echando mano del realismo mágico, movimiento literario tan arraiga- do por estas regiones, es que llegamos al tercer color en cuestión.

Tras habernos bañado de verde y naranja en el recorrido por esta ciudad, no hay mejor forma de concluir la jornada arrugando algún mantel de algún café, podría arriesgarme a decir que cualquiera de los cientos que hay en Medellín. Habiendo encontrado una mesa, preferiblemente con vista a la calle, pedirás un tinto. Si no estás familiarizado con el término, déjate sorprender y cuando te traigan un pequeño vaso o taza conteniendo un aromático líquido rojo oscuro comprenderás porqué el café antioqueño, con su característico color marrón rojizo, es la mezcla perfecta de verde y naranja.

sebastianmaceri

Comments are closed here.

error

¡Descubre más sobre viajes!

RSS
Follow by Email
Facebook
Facebook
Instagram