Lupe Latapí; el antes y después de los orgánicos en México

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Lupe Latapí; el antes y después de los orgánicos en México

En su oficina dentro del corporativo de Grupo Hérdez, Lupe Latapí nos platica cómo, en los primeros años de fundación de la marca Aires de Campo, se embarcó en la aventura de recorrer el país en busca de productores de orgánicos. “Al principio mi idea era solo abrir una tiendita, no me cuestioné el hecho de que existieran los productos”.

Nos platica sobre una ocasión en la que viajó a la Sierra de Oaxaca en un coche prestado de su mamá para localizar a una familia de productores de jamaica: “Encontramos la flor, pero obviamente el coche no regresó. Los de la aseguradora no entendían cómo habíamos manejado hasta ahí”.

Comercio justo

Esos pequeños anécdotas, nos hablan de la manera un tanto espontánea e ingenua pero siempre muy determinada de Lupe para emprender una idea que poco a poco, ha logrado materializarse en un negocio modelo. Hoy, Aires de Campo agrupa, bajo un esquema de comercio justo, a alrededor de 80 productores mexicanos, entre granjas familiares, cooperativas y pequeñas agroindustrias.

“La mayor satisfacción es que el 90% de los productores con los que empezamos hace 15 años, siguen con nosotros. Son historias de éxito. Tenemos un reporte de sustentabilidad y hay indicadores de que hemos tenido un impacto social y ambiental positivo para estas comunidades.”

Como buena emprendedora, Lupe ha sabido aprovechar los recursos a su alcance para desarrollar su negocio. Aires de Campo fue de las primeras empresas incubadas por la catalizadora de negocios sociales y ambientales New Ventures, fue una de las 25 empresas finalistas en Iniciativa México, ha participado activamente en foros internacionales sobre legislación de productos orgánicos, y en 2011, logró vender su proyecto a Grupo Hérdez, a través de otra incubadora llamada Angel Ventures.

La historia de Aires de Campo, es la misma que la de los productos orgánicos en México, ya que es una marca pionera en la comercialización de ese tipo de alimentos. En 2001, recién graduada de la maestría en Ciencias de Alimentos por la Universidad de California e inspirada por la creciente demanda de productos orgánicos e Estados Unidos e Inglaterra, Lupe visualizó una oportunidad para el mercado mexicano.

“El reto, era desarrollar los productos con proveedores locales”. Fue entonces cuando se dio a la tarea de localizar productores, “empezamos con lo que había: leche, algunas mermeladas y mieles.” Enrique del Toro, de leche Del Rancho, fue su primer socio.

“Los primeros años fueron recorrer la República un tanto como el Borras”. Recuerda Lupe que en esos tiempos, la mayoría de los productores no tenían teléfono ni mucho menos, internet. A veces, tenía que quedarse de ver con ellos a mitad de las carreteras, e identificarse a través de letreros.

La historia de Lupe Latapí contagia y motiva, no solo porque ha logrado crear y hacer redituable una empresa socialmente comprometida con su entorno, también porque a pesar de los obstáculos que ha vivido como mujer, mexicana y joven emprendedora, ha logrado reinventarse en cada parte del proceso sin nunca rendirse frente a lo que cree.

Visita orgánica

Hace algunos días tuve el gusto de ser invitada por Lupe Latapí y su equipo a la granja Josefina en Yaute- pec, Morelos, donde se crían los pollos orgánicos y de libre pastoreo de la marca Aires de Campo.

En primer lugar, me de di cuenta que la creencia de que los pollos tienen hormonas es falsa, pues como nos explicó Memo León, director de la granja, la vida de los pollos no es suficientemente larga como para que una inyección de hormonas tenga algún efecto en su crecimiento. Las diferencia tiene que ver más con la calidad de vida de los animales. En términos generales, los pollos orgánicos tienen una vida más feliz y saludable, y eso se refleja en la calidad de la carne, que está libre de residuos químicos.
Para ser orgánico, un pollo debe tener las siguientes características:
-Por lo menos el 70% de su alimentación debe ser de origen orgánico. En esta granja, los pollos están ali- mentados con una fórmula 100% vegetal que incluye un 65% de sorgo orgánico producido en la zona.
-No deben ser tratados con antibióticos ni promotores de crecimiento. Los pollos orgánicos no tienen resi- duos químicos en el cuerpo.
-Deben vivir en ambientes libres de estrés. Dentro de las galeras de la granja Josefina, hay un máximo de seis pollos por metro cuadrado. Además tienen un espacio exterior para salir a estirarse, perseguir insectos o tomar el sol. Y por las noches, se deja que duerman tranquilos; a diferencia de las granjas convencionales.
-No se utilizan pigmentos para cambiar el color de la piel. Los pollos son naturalmente blancos, pero los productores de pollos convencionales utilizan pigmentos en la comida para pintarles la piel de color amarillo.
-El pollo orgánico no solo sabe mejor y es más sano, además consumiéndolo propiciamos una mejora social y ambiental en las comunidades donde se produce.

Después conocer a los pollos felices en persona y recibir esta enriquecedora plática, tuvimos chance de probar los deliciosos productos orgánicos de Aires de Campo. Para la degustación nos trasladamos a las instalaciones del Jardín Huayacán, uno de los lugares para bodas y eventos más bonitos del Estado de Morelos. Probamos el pollo de distintas maneras: en ensalada estilo oriental, empanizado con amaranto orgánico, con verduras al horno, en pie y con arroz al curry, entre otras recetas deliciosas.

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