Ciudades virreinales, encantadores pueblos mineros y comunidades llenas de misticismo, son sólo una fracción de las emociones que te esperan este verano en México. En esta ocasión te invitamos a perderte en calles laberínticas, mercados tradicionales con exquisitas viandas, palacios coloniales testigos de batallas e iglesias que derrochan arte enigmático. Si eres un viajero inquieto, también podrás escaparte por los alrededores para descubrir un entono natural que inspira a la aventura. A continuación algunas sugerencias para deleitarte con los sabores profundos del México más apacible y luminoso.

San Miguel de Allende

Fue motivo de alegría el ascenso de San Miguel de Allende de Pueblo Mágico a Ciudad Patrimonio de la Humanidad, reconocida así por la Unesco en 2008. Recientemente, el destino de Guanajuato ha sido elegido como “La Mejor Ciudad del Mundo” por la revista Travel + Leisure, gracias a su calidad de servicio, amabilidad, gastronomía, limpieza, experiencia de compras y movilidad; por encima de ciudades como Charleston, Bangkok, Barcelona, Roma, Florencia o Kioto.

San Miguel de Allende se ha agigantado en belleza, gastronomía, arte e historia. Es uno de los lugares favoritos para celebrar bodas y un ejemplo único de intercambio cultural. La región conformó una parte importante del Antiguo Camino Real de la Plata como una villa protectora.

A partir de 1950, una importante revitalización artística comenzó a perfilar el carácter patrimonial de la ciudad. Hoy nos conquista con la sazón de su cocina, que da oportunidad a las fusiones de nuevos ingredientes, además resplandece con sus colores vivos y alegres que se asoman sin reserva en sus fiestas. Este verano disfruta de sus plazas, jardines, museos y barrios tradicionales llenos de encanto y energía. Seguro quedarás impresionado con su variada oferta de hospedaje, que va desde hostales hasta hoteles de súper lujo.

Paisaje nebuloso en las montañas

Cuetzalan está ubicado en la Sierra Norte de Puebla. Ahí es fácil perderse entre la neblina que deja asomar los tejados y las torres de las iglesias en lo alto, pero también algunos pies que caminan descalzos por callejones empedrados. Las mujeres van ataviadas con vestimentas tradicionales, platicando en lengua náhuatl entre paisajes naturales y olores exquisitos. En la plaza principal abunda la comercialización de artesanías y regularmente se practica el trueque. El olor a café con canela recién hecho invade las esquinas. Con hoteles para todos los presupuestos, Cuetzalan es un destino perfecto para regocijarse con el México profundo y escapar hacia grutas y bosques en emocionantes expediciones aventura.

El pueblo detrás del túnel

Real de Catorce a veces da la impresión de estar alejado de todo, en otra dimensión, lejano, en silencio. Este Pueblo Mágico es uno de los tesoros del Altiplano potosino, que nunca queda tan lejos como para perdérselo. Después de pasar por Matehuala, sólo hay que cruzar el túnel Ogarrio para encontrarse con un fantástico abanico de rincones, entre los que se esconden inolvidables sorpresas, sabores poco comunes, hoteles con encanto, calles de trazos caprichosos, integrantes de la etnia huichol o sabios ancianos. No dejes de pasear a caballo o en camionetas llamadas Willies por el desierto, o disfrutar de una cerveza mientras admiras el cielo estrellado en la terraza de un simpático bar.

Rincón Místico

Al pie de las montañas se extiende Tepoztlán en el estado de Morelos, a sólo 25 minutos al este de Cuernavaca.

Esta comunidad está protegida por el Cerro del Tepozteco, en cuya cima luce una pirámide, testigo del pasar del tiempo. Este encantador paraje se disfruta por su tradicional mercado de artesanías del domingo, sus numerosos spas y retiros holísticos, las típicas nieves artesanales, sus fiestas y sus confortables hoteles boutique. No dejes de visitar el imponente Ex Convento de la Natividad. Déjate atrapar por su magia y seguro regresarás a casa con una sonrisa relajada.

Un valle de aventuras

Valle de Bravo, localizado en el Estado de México, es ideal para los viajeros que buscan aventuras en la naturaleza de día, para acabar exhaustos tomando un café de terraza por la tarde y disfrutar de una apacible caminata al oscurecer. Esta risueña comunidad está rodeada de montañas y embellecida por un lago, donde se practica kayak, vela o stand up paddle, mientras es posible apreciar el vuelo de los parapentes. Cascadas, carreteras escénicas, un campo de golf, artesanías, paisajes románticos y galerías de arte, te esperan en este idílico pueblito lleno de celebraciones y habitantes alegres, que se confunden entre historias de vida y curiosas anécdotas. Este verano no te pierdas una grata experiencia.