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Mazatlán se disfruta principalmente desde su malecón, durante el amanecer o atardecer. Pero igualmente el centro histórico del puerto sorprende por la elegancia de sus edificios, mientras que hacia el norte se extienden los hoteles más emblemáticos
VIEJO MAZATLÁN
El tramo recto del extenso malecón de Mazatlán bordea la kilométrica Playa Norte, de la que salen a medianoche los pescadores y a la que vuelven de madrugada a destazar el pescado que atraparon. Esta playa, de oleaje moderado a fuerte, es perfecta para que juegues voleibol playero, acostarte tranquilamente al sol, correr por la mañana o al atardecer, o dejar pasar las horas en largas caminatas. En el punto más austral del malecón, se forma la bahía de Olas Altas, que es frecuentada por surfistas. Debido a las mareas y dependiendo de la temporada del año, la bahía aumenta su superficie de arena o la disminuye. Sobre el Paseo Olas Altas, que bordea la playa, hay bares con terrazas para tomar una bebida al atardecer. Para obtener la mejor panorámica del puerto, te recomendamos subir al Cerro del Crestón, en cuya cima se localiza el faro natural “más alto del mundo”.
ZONA DORADA
Aquí encontrarás Las Gaviotas, una playa de 2 kilómetros de longitud, localizada en el corazón de la zona hotelera. Está justo enfrente a las tres famosas islas de Mazatlán: Lobos, Venados y Pájaros. De estas tres, sólo es posible que visites y desciendas en la de en medio, Venados. En esta isla hay puntos privilegiados para practicar snorkel. También es muy recomendable rentar un catamarán o un kayak. En esta zona también se ubica Camarón Sábalo, serie de playas donde se da un bullicio constante pero lleno de acción, debido a la afluencia de turistas y de operadores de paseos en kayak y catamarán hacia las islas. Por otro lado, están la Marina de Mazatlán y la Marina de El Cid, donde puedes rentar desde catamaranes hasta lujosos yates. Y finalmente, Playa Bruja y Playa Cerritos, colindantes una con la otra y que tienen una extensión de 12 kilómetros, tienen un oleaje muy alto que atrae a los surfistas. En estas playas puedes ver magníficas puestas de sol. En su parte media se ubican residencias privadas. Al sur, las limita la entrada a la Marina, por lo que son muy atractivas para ver la llegada de los yates. Al norte, culminan con Bahía Esmeralda.
CENTRO HISTÓRICO
Pocos puertos en México te ofrecen un centro histórico tan bello como éste, sobre todo por la noche, cuando las fachadas de las grandes casonas antiguas se iluminan con reflectores. La señorial calle Sixto Osuna conduce directamente desde el malecón a la Plazuela Machado, un pequeño rectángulo arbolado flanqueado por restaurantes, cafecitos, bares, galerías y el soberbio teatro Ángela Peralta. En la Plaza República hay carretas de raspados y aguas frescas, un quiosco, y la catedral de Mazatlán en uno de sus costados. Otro edificio llamativo es el mercado Pino Suárez, construido según un modelo de Gustave Eiffel, ejemplo de la influencia europea en el puerto. Asimismo, hay dos museos que vale la pena que visites: el Museo de Arte Moderno, pequeño, pero con obras valiosas de Tamayo, Toledo y Cuevas, así como el Museo de Arqueología, con un acervo de cerámica de culturas prehispánicas.
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