“La cocina como formadora de vida.”
Todas ellas son magníficas, en cada plato saboreamos su fortaleza y abundancia, como buenas manos indígenas nos dan mucho que aprender.
El recorrido del parque es enorme, la escuela de textil al igual que las otras áreas, nos dejan conocer la tradición pero también el sentido comunitario del bordado, las historias que se entrelazan en cada puntada, pretexto para dejar en hilo un buen legado generacional.
De repente suena la banda, color y sonido se acercan poco a poco, el “redondel” donde se hacen presentes los integrantes del proyecto de circo indígena está por allá, un poco apartado de casi todo (quizá porque llenan todos los pasillos del parque con una caravana invitando al público a unirse a la función). Aquí entre maroma y maroma, se hace evidente lo que para nosotros es la esencia de cumbre Tajin, una mezcla de cultura y tradición que se preserva pero también se toma de lo nuevo que se va conociendo en el camino, como bien lo dicen Los Maromeros de Santa Teresa, Xochiapa en su presentación.
“Porque todo se aprende, todo se comparte”
y ellos han aprendido a hacer acrobacias en el mástil chino, hacen suertes sobre un cable tenso y un columpio hecho con una soga y dos postes de 7 metros de alto. El payaso es imprescindible, echa versos colorados al público y baila con la banda mientras acompaña a los maromeros en todo momento, otro grupo baila hip hop, también están presentes Los Tejoneros de Coxquihui, Los Zancudos de Zaachila (Oaxaca), Los Maromeros Mecos y Los Guaguas de Ojital. Todos ellos son parte del Laboratorio de Circo Indígena y es bien padre poder ver el ensam- ble que han hecho todos juntos y el crecimiento que desde lo individual hemos podido observar. Los Maromeros de Santa Teresa, Xochiapa tienen un vínculo im- portante con circo tradicional y contemporáneo, a raíz de ésto han podido incluir dentro de su presentación algún número aprendido de ésta convivencia.
Así dio fin nuestro recorrido, entre zancos, colores y maromas. La mezcla de culturas hizo que fuera (para mí) un espacio de reflexión sobre nuestro presente, hacia dónde vamos, hacia dónde voy, y me deja preguntar si ésto es diversidad cultural, es preservación o un incentivo a que nuestra identidad se siga desdibujando.
Lo que es seguro es que fue una gran ventana pretexto para despedirnos con la promesa de seguirles la pista a cada uno en sus diferentes fiestas.
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