Nuestra experiencia en Cumbre Tajin

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Nuestra experiencia en Cumbre Tajin

“Papantla cuenta con 3 Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO que son Los Voladores, El Tajin y el Centro de Artes Indígenas.”

Nuestra experiencia

No sé bien por dónde empezar, o más bien cómo empezar… La cosa es que ejm ejm, la verdad es que fui con mis reservas a Cumbre Tajín, tenía la idea de que iba a ser de esos festivales organizados para que el Estado se pare el cuello justificando el derroche de presupuesto, en principio me hacía ruido que se anunciaran como la cuna del rescate Totonaca y a la cabeza del cartel de conciertos estuviera Tool (una banda gringa de rock-metal), ya de entrada no suena lógico. Como siempre hay pros y contras, en este caso nos vale más la pena decir que el pro es que la gente que trabaja en cumbre para compartirnos su cultura y auto preservarse es sin duda la más contenta de tener un escaparte masivo como éste, porque seamos sinceros, ¿qué otro día del año oímos de ellos en los medios de comunicación?

Nosotros íbamos gracias al encuentro con unos buenos amigos de circo indígena que ya años atrás nos habían invitado a verlos en Tajín y por una u otra no habíamos podido, pero el camino nos juntó en Tlacotalpan; allá nosotros fuimos al Encuentro de Son Jarocho y entre las actividades de la fiesta estaban Los Maromeros de Xochiapa, así que literalmente corrimos para alcanzar a verlos, entre la banda, el mástil chino y el columpio nos platicaron de su próxima presentación. También en Tlaco se dio el encuentro-invitación de prensa para éste mismo evento, así que bueno, la mesa estaba puesta era cosa de hacer la mochila y esperar la fecha.

Nos hospedamos en Papantla, (a 15 minutos de donde se lleva a cabo el festival) con una señora que tiene una posada limpia, cómoda y conveniente- mente económica para éstas fechas. Cumbre Tajin se desarrolla en el Par- que Takilhsukut y bueno, después del debido registro nos dimos a la tarea de explorar el lugar, talleres de más- caras de madera, de bordado, faroles de papel, de velas, zapateado, incluso de ritmos africanos, yoga y tango. En el mero centro encontramos reunida a una gran cantidad de gente esperando a Los Voladores, éste ritual que cada vez que lo vemos nos genera sorpresa, enigma y admiración por los 5 hombres que sueltan su vida en una cuerda.

Fueron 3 días intensos, entre sabores, olores, colores, texturas pero sobre todo historias de gente digna y orgu- llosa de ser grandes portadores de un tesoro invaluable (ese que no se pudieron llevar a grandes museos del extranjero). Cumbre Tajín permite conocer en un mismo lugar los enormes globos de papel de china que fabrican en Zozocolco, las delicadas máscaras de madera de don José González que viene de Coxquihui, la vainilla de Pa- pantla, diferentes técnicas de bordado, a los maromeros de Xochiapa, y un sin fin de platos típicos.

En fin, en esto de la comida me quedaría corta en describir las delicias y el empeño que han puesto las mujeres de la región, por dos cosas, la primera el lograr cambiar ese rol familiar (tan arraigado como la tradición) y decidirse a salir de casa y dejar a los niños con sus maridos, así orgullosamente nos lo platicó Josefina quién ahora se campechanea las labores del hogar con su esposo, cuando ella trabaja, él se encarga de la casa y viceversa. Luego en saber sortear las inclemencias del progreso del festival y dar el 300% (según nos cuentan) ahora trabajan en mejores condiciones que antes, aunque a cambio, tuvieron un recorte de presupuesto… Vuelve mi sospecha de la bandera con la que navega mediáticamente este festival. Aquí las Mujeres de Humo son las meras meras, ellas se encargan de coordinar (cada una desde su área) las bebidas, la panadería, los tamales, los bocoles y los diferentes platos todos de comida tradicional, se siente viva la frase que las acompaña a la entrada

“La cocina como formadora de vida.”

Todas ellas son magníficas, en cada plato saboreamos su fortaleza y abundancia, como buenas manos indígenas nos dan mucho que aprender.

El recorrido del parque es enorme, la escuela de textil al igual que las otras áreas, nos dejan conocer la tradición pero también el sentido comunitario del bordado, las historias que se entrelazan en cada puntada, pretexto para dejar en hilo un buen legado generacional.

De repente suena la banda, color y sonido se acercan poco a poco, el “redondel” donde se hacen presentes los integrantes del proyecto de circo indígena está por allá, un poco apartado de casi todo (quizá porque llenan todos los pasillos del parque con una caravana invitando al público a unirse a la función). Aquí entre maroma y maroma, se hace evidente lo que para nosotros es la esencia de cumbre Tajin, una mezcla de cultura y tradición que se preserva pero también se toma de lo nuevo que se va conociendo en el camino, como bien lo dicen Los Maromeros de Santa Teresa, Xochiapa en su presentación.

“Porque todo se aprende, todo se comparte”

y ellos han aprendido a hacer acrobacias en el mástil chino, hacen suertes sobre un cable tenso y un columpio hecho con una soga y dos postes de 7 metros de alto. El payaso es imprescindible, echa versos colorados al público y baila con la banda mientras acompaña a los maromeros en todo momento, otro grupo baila hip hop, también están presentes Los Tejoneros de Coxquihui, Los Zancudos de Zaachila (Oaxaca), Los Maromeros Mecos y Los Guaguas de Ojital. Todos ellos son parte del Laboratorio de Circo Indígena y es bien padre poder ver el ensam- ble que han hecho todos juntos y el crecimiento que desde lo individual hemos podido observar. Los Maromeros de Santa Teresa, Xochiapa tienen un vínculo im- portante con circo tradicional y contemporáneo, a raíz de ésto han podido incluir dentro de su presentación algún número aprendido de ésta convivencia.

Así dio fin nuestro recorrido, entre zancos, colores y maromas. La mezcla de culturas hizo que fuera (para mí) un espacio de reflexión sobre nuestro presente, hacia dónde vamos, hacia dónde voy, y me deja preguntar si ésto es diversidad cultural, es preservación o un incentivo a que nuestra identidad se siga desdibujando.

Lo que es seguro es que fue una gran ventana pretexto para despedirnos con la promesa de seguirles la pista a cada uno en sus diferentes fiestas.

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