Fundado hace más de dos siglos, Real de Catorce es hoy uno de los pueblos más asombrosos y visitados de nuestro país y San Luis Potosí.
Un túnel inmenso de 2300 metros de largo es la entrada a Real de Catorce, un pueblo enclavado en la sierra de San Luis Potosí, fundado hace dos siglos. Hoy en día es considerado uno de los Pueblos Mágicos más importantes de nuestro país. En el año 1779 fueron descubiertos yacimientos de plata, por lo que aventureros y mineros comenzaron a llegar buscando un sueño entre el desierto y la sierra; de un día para otro se desató la fiebre por la plata.
Para llegar al sitio era muy difícil, no existían caminos ni agua. Muchos españoles llegaron para aprovechar el descubrimiento y se construyeron muchas edificaciones que hoy son espacios turísticos. Durante muchos años, Real de Catorce gozó de esplendor gracias al comercio de la plata, y fue hasta 1910 cuando se suspendieron totalmente los trabajos de minería. En aquel entonces, Real de Catorce se despobló casi totalmente. Se convirtió en un pueblo fantasma hasta el que llegaban a rezar algunos creyentes a San Francisco de Asís. Algunos piensan que este santo fue el que salvó al pueblo de su ruina.
VUELVE LA VIDA
En los años setenta comenzaron a llegar turistas en busca de Hikuri, mejor conocido como peyote; los extranjeros se adentraban en el desierto buscando este hongo alucinógeno. De esta manera, Real de Catorce se volvió un lugar turístico para las personas que buscan un viaje espiritual; gracias a ellos, en gran medida, el lugar se volvió a poblar. Con la llegada de personas ajenas al lugar, llegó el misticismo que puso aún más interés sobre el pueblo de cara al turismo. Existen leyendas que cuentan que en Real había perros salvajes que atacaban sin más. En el proceso de reavivación, también llegaron jóvenes aventureros en busca de respuestas a problemas existenciales y espirituales. Finalmente, fueron esos mismos jóvenes quienes aseguran que en el pueblo vivían ancianos sabios que les transmitían sus conocimientos ancestrales. Estos ancianos, cuentan las leyendas, sólo esperaban la muerte.
HOY ES REAL
Actualmente, Real de Catorce vive un esplendor diferente al que vivía hace dos siglos. Ahora el poblado es conocido por sus construcciones mágicas que alguna vez estuvieron abandonadas. Se observa un cielo azul intenso y, caminando por el pueblo, varias ruinas mágicas y hasta fantasmas se ven al pasar. El lugar es visitado en su mayoría por extranjeros que observan las viejas edificaciones mezcladas con la vegetación propia del desierto. Algunas de sus edificaciones más representativas, que se mantienen hasta nuestros días, son la Plaza de toros, construida en cantera rosa, la Capilla de Guadalupe, que guarda en su interior un conjunto de murales religiosos, y el Palenque de Gallos, una réplica de un anfiteatro romano donde se realizan eventos artísticos y culturales.
El principal atractivo que da la bienvenida es el Túnel de Ogarrio, acceso principal del pueblo. A finales de marzo se lleva a cabo el Festival de Ogarrio, en el que los habitantes de Real de Catorce celebran al túnel, inaugurado en 1901. Para consentir a tu estómago, prueba el tradicional asado de novia, la gallina a los nueve vinos, las enchiladas potosinas y el agua de tuna roja.
Una joya enclavada en la Sierra potosina de Catorce, resguardada celosamente por las montañas que vigilan y esperan que algún día regrese el brillo que existió un tiempo gracias a la plata
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