TABASCO, LA RUTA AL PARAÍSO DEL CACAO

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TABASCO, LA RUTA AL PARAÍSO DEL CACAO

Es un grano milenario, elemento presencial de rituales y ofrendas a las deidades prehispánicas. Moneda de cambio entre civilizaciones antiguas. Rico, valorado y venerado el cacao es, desde siempre, el alimento de los dioses.

PARADA POR PARADA, LA AVENTURA CONTINÚA

No importa por dónde comiences el recorrido, ya que cualquiera de los puntos de la Ruta del Cacao es un nicho de historias y testimonios de la grandeza de este grano. En emblemáticos lugares como la finca Hacienda de la Luz, Finca Cholula, Finca Génesis o la Hacienda Jesús María, aún quedan vestigios de lo que fue la época de esplendor de la producción de cacao.

La Hacienda Cholula, que produce un delicioso chocolate artesanal, se especializa en el aprovechamiento de la cascara de cacao como abono orgánico. Por otro lado, en la Hacienda de la Luz se cultiva el grano del cacao y se preparan golosinas de chocolate de manera artesanal. La Finca Génesis también es productora de cacao orgánico, además de ser un centro de investigación y desarrollo de técnicas natu- rales de cultivo, preservación y difusión de la herencia cultural del cacao. Mención aparte merece la Hacienda Jesús María, donde se producen los Chocolates Cacep y trabajan alrededor de 32 personas, quienes producen dos toneladas de cacao a la semana y venden casi 300 kilos de chocolate al público. Gran demanda del grano de los dioses.

En estos cuatro lugares podrás encontrar todo lo relacionado con el cacao, pero lo más importante es la experiencia vivida al entrar en contacto directo con todo el proceso que existe en la producción, cultivo y elaboración del cacao.

MÁS ALLÁ DEL CACAO

La comida tabasqueña es rica y variada en cuanto a sabores, y si a ello le añadimos el toque del cacao, tenemos una combinación exquisita. Es así que, si estás más que contento de haber visto, olido y probado el chocolate, puedes continuar con una travesía gastronómica y arqueológica.

Lugares místicos como Comalcalco, La Venta, donde se encuentran las cabezas colosales Olmecas, Chontalpa, cuna de la civilización Maya, o Pomoná, en Tenosique, le pondrán un broche de oro a un recorrido lleno de sensaciones y sabores.

Si bien no es un grano orgullosamente mexicano, el cacao tiene un gran arraigo en nuestro país, particularmente en la región sur del territorio nacional. El estado que tiene el título de ser cuna del cultivo de este preciado grano es Tabasco, en donde es tanta la veneración que se le da a este alimento, que incluso hoy en día es un atractivo turístico.

Para conocerlo a fondo existen visitas guiadas por la llamada Ruta del Cacao, ca- mino en el que los viajantes podrán visitar haciendas y fincas en las que conocerán las formas de cultivo del grano, los sembradíos de árboles, sus formas de preparación, sus cuidados y los alimentos y bebidas hechos a base de esta deliciosa semilla milenaria.

OLFATO Y GUSTO, ALERTAS

Al llegar a Tabasco la piel se impregna con el olor del aire: es el cacao. El olfato se abre y lo único que percibe es el aroma de los granos molidos, el chocolate artesanal que hierve en alguna cocina o las plantaciones cacaoteras que despiden su esencia. El gusto no está satisfecho y lo único que quiere es probar un alimento hecho a base de cacao. Hay de sobra para elegir: chocolate con agua, con leche, en barra, molido, en polvo, en pasta y hasta combinado con mole. El cacao va bien con todo.

erickrios

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