En el sureste mexicano es notoria la escasez de ríos, ya que la mayor parte de la lluvia se filtra al subsuelo compuesto de roca caliza. Esta filtración, durante millones de años, ha creado pozos de agua naturales llamados cenotes. Existen aproximadamente 8,000.

Por siglos, este mundo exótico de aguas cristalinas subterráneas del ecosistema nacional, lo consideraban – y muchas todavía – un lugar sagrado. Para los Mayas, los cenotes (dzonot, que significa abismo), además de ser una principal fuente de agua potable, eran considerados la entrada a otros mundos; los usaban como centros de sacrificio y comunión para los dioses.

Debido a la cantidad de cenotes existentes en esta región, no hay un modelo especifico de cenote; todos tiene variaciones en su tamaño, forma, profundidad y edad; algunos se encuentran en cavernas rodeadas por la imponente selva, con raíces de árboles penetrando desde la superficie creando cortinas hasta el interior, mientras otros, a cielo abierto, muestran en la superficie sus aguas dulces color turquesa.

La gran mayoría de los cenotes siguen siendo vírgenes. Sin embargo, más de 2,500 han sido utilizados por mucho tiempo para diferentes usos religiosos, culturales y turísticos.

De los más bellos abiertos al viajero son los cenotes de Cuzamá, localizados en el sureste de Yucatán. Son tres: Chelentún, Chak-Zinik-Ché y Bolom-Chojol. El de Chelentún es el de más fácil acceso. Al entrar se baja por unas escaleras de cemento y un barandal hecho de rieles de ferrocarril que facilita el acceso a la superficie de la caverna. Tiene una profundidad máxima de 18 metros, con una temperatura promedio de 26 °C y una visibilidad de 50 metros. La gran atracción de este destino no es solamente su belleza natural, sino también la práctica de deportes como el buceo, la espeleología, el rappel y la tirolesa.

Estos cenotes son unos de los grandes tesoros escondidos de nuestro país, y todos deberíamos de gozar de ellos, protegerlos y mantenerlos siempre limpios para que futuras generaciones puedan también disfrutarlos.