Las Maquinas de La Isla

¿Qué es travelmall?

Travelmall es una plataforma donde puedes encontrar miles de viajes en un solo lugar. Gastronomía, cultura, ecoturismo, lujo, negocios, naturaleza, playas, aventura…Somos el primer medio con las más atractivas ofertas para que encuentres el viaje a tu medida no solo en México sino en todo el mundo.

Las Maquinas de La Isla

Siendo muy honesto yo no quería ir a las máquinas, me parecía que era una atracción turística de la cual podíamos prescindir y que no pasaba absolutamente nada si no la visitábamos. Lo vimos por medio del la APP de Mi Nube, parecía solo un Elefantote y un carrusel, simples sin gracia ni elementos extras, nada fuera de lo común o comparable con una Noria de cualquier otra ciudad o el carrusel que estaba dentro de la ciudad de México antes. Es decir algo que ya habíamos visto. Pero estaba muy equivocado, lo acepto.

Como ya han leído en entradas anteriores, llegamos a Nantes y nos encotrámos pedaleando en una hermosa ciudad, limpia, llena de puentes, etc etc etc. uno (o varios de esos puentes) llevan a la Isla de Nantes, un parte de la ciudad otrora albergaba una parte industrial del territorio ahora es uno de los espacios mas jóvenes de la ciudad, con un animo y arquitectura renovada, entre ellos, Las Maquinas de La Isla (Les Machines De L ́Ile) ubicadas en la esquina Sur de la isla donde antes había astilleros ahora hay un verdadero taller de magia. (suena ridículo pero así es)

Descubrimos el lugar una tarde después de llover, nos encontramos con unas luces que nos llamaron la atención, al llegar al lugar descubrimos un circo (algo que siempre sucede, Liliana tiene ese imán, muy conveniente por cierto) parecía muy natural debido a que el espacio era enorme sin embargo junto a él, un carrusel gigante de 3 pisos, el gordo bonachón del sombrero raro de 25 metros de alto se hacían presentes en la mitad de la isla de cara al museo Jules Verne, (algo hermosamente simbólico).

Lamentablemente estaba cerrado, estaba en tem- porada en el que le daban mantenimiento y justo 2 días antes de partir para continuar nuestro viaje hacia Bordeux lo abrían de nuevo. Ya estaba decidido, no podíamos esperar. Corría la mañana del 10 de octu- bre del 2014 … (léase, con misterio) después del petit

deyuné que consistía en un express y un viennoiserie, salimos a pedalear hacia el puente que nos llevaría hacia “La Isla” (chan ,chan, chaaaaan) un lugar lleno de misterio y sorpresa, animales extraordinarios, aventu- ras submarinas y aéreas, un inhóspito entramado de recovecos que juegan con nuestra memoria y nuestros deseos mas profundos de conducir….. una hormiga gigante.

Bien en realidad si corría el 10 de octubre y todo lo demás, pero lo de los deseos sucedió después. Lle- gamos al Carrusel de los Mundos Marinos, un lugar digno de cualquier premio de ingeniería y diseño, pero mas bonito, la sensación la puedo explicar mas o menos así: Recuerda (no imagines, recuerda) por un momento que llegaste al carrusel o al caballito fuera de la farmacia de cuando eras niño, viste los caballos y los animales subir y bajar en un espacio lleno de luces y risas de otros niños, tu te subías a esos animales y el trote mecánico de los animales te hacia sentir en la Pampa o en Xochimilco, recorriendo las llanuras y espacios inexplorados donde ese pedazo de fibra de vidrio con tripa de fierro te obedecía y podías controlar sus movimientos para correr mas o detenerte a ver el paisaje. Tu, trepado en tan radiante ejemplar de caballo Español, podías sentir sus movimientos, (que en rea- lidad era el va y ven de tu cuerpo) te sentías amo de aquel animal, era parte de ti y tú de él, eran ambos uno mismo. Ok, mantén esa recuerdo y esa sensación de cuando tenías de 2 a 5 años, (según estadísticas) ahora imagínate que tienes de 25 a 35 años, (según estadísticas) y te montas en un calamar de 7 metros de largo con tentáculos de madera que de verdad son controlados por tus propias manos y pies o que ves a lo lejos un par de peces voladores que al pedalear aletean, mueven sus ojos y que eventualmente te hacen subir un par de metros para hacerte sentir volar.

Eso es el Carrusel de los Mundos Marinos (Le carrousel des mondes Marins) un invento del hombre que juega con nuestra cada día mas olvidada imaginación de adultos y nuestra incapacidad de ser sorprendidos y con ello abrirnos la curiosidad infantil que olvidamos en el pequeño traje de la graduación de la secundaria. (según estadísticas todos dejamos eso olvidado en ese traje, si no me cree vaya y búsquelo).

El Carrusel fue creado en el 2012, con sus mas de 25 metros de alto y 22 de diámetro cuenta con 3 pisos de casi inagotable diversión, (casi por que el boleto de 7€ te permite 2 viajes) el primer piso son los Fondos Marinos donde entramos a Nautillus, Calamares gigantes y otros 12 gigantescas bestias de la diversión. El de en medio que literalmente va volando, o debería decir flotando, sobre los fondos marinos son los Abismos donde extrañas criaturas y artefactos de exploración deambulan sobre el panorama. En el tercer piso del carrusel, está La Superficie, donde puedes navegar los nada aburridos barcos de Vapor, nueces con velas de barco, monstruos marinos de 3 cabezas , peces voladores y tortugas gigantes entre otros. Todos y cada uno tienen sus propias acciones, su propios gestos que el navegante controla.

Nosotros pensábamos que aquí terminaría el viaje, pero nos equivocamos cuando un chorro de agua que venia de lo alto y el sonido que se produce cuando sacas aire de tus mejillas infladas y tus labios apretados, pero en gigante, nos hizo saber que aquí no acaba este viaje, digamos que empezaba otro cuando al ver pasear 50 personas en las entrañas de un elefante, El Gran Elefante, de 12 metros de alto, 8 metros de ancho, 21 metros de la trompa a la cola y cuarenta y ocho punto cuatro toneladas de peso  es increíble verlo pasar, es un edificio de piel, madera y acero que apenas subiendo al segundo piso de la galería alcanzas a ver la belleza de los detalles de sus ojos y pestañas que lo adornan. El elefante, perdón el Gran Elefante, cobra otros 7€ por meterte por un costado y darte una vuelta de 30 min te lleva por las galerías y pasa frente al carrusel para regresar por los talleres y llegar de nuevo a su guarida.

Frente al paradero de Elefantes, está la Galería de las Máquinas. (La Galle- rie des Machines) un lugar que alber- ga las creaciones mas recientes y por supuesto presumibles de la isla. En este lugar se presentan los próximos habitantes del proyecto el Arbol de las Garzas (l’arbre aux hérons) un árbol de 50 metros de diámetro y 35 de alto, 45 si contamos cuando vuelen las garzas. Este es un proyecto que apenas se con- cluirá para el 2019, es un árbol gigante que tiene una garza enorme de madera que puede transportar a 4 personas y

dar vueltas al rededor de su árbol. Bien, esto es un proyecto, de lo cual les da- mos el dato. Pero regresando a la gale- ría, ésta Garza existe y allí la puedes ver, por un momento está dormida, parada con sus ojos cerrados, gigante, yo cal- culo 5 ó 7 metros, tranquila parece que es un prototipo que solo esta para de- mostrar su tamaño y presencia, como una escultura de 30 plumas de made- ra tallada en sus alas y otras 20 en su cuello y pecho, pero no es así durante la explicación de el Arbol de pronto se levanta desplegando sus alas que se abren a no menos de 8 metros y surca los aires de manera lenta pero fluida con un graznido que le da cierta vida al ya de por sí emocionante momento.

Para finalizar, entramos a los Talleres, un espacio s igual a un taller de Carpintería pero en masivo, un galerón vaya, con herramientas por todos lados, tiliches por doquier, viruta de madera por aquí, tornillos y estantes por acá, parecería que aquel lugar tan común era impo- sible que creara tanta magia, y efecti- vamente el lugar no hace la magia, era como pensar que las maquinas se hicie- ron solas, es el espacio físico de la crea- ción solo eso, la materia prima, la ma- teria gris está en los creadores François Delarozière y Pierre Orefice, está en su imaginación, es sus sueños, en sus ins- piraciones, en su pasado y por supues- to en su futuro, esto me recuerda a la frase del capitán Nemo de Julio Verne, “No necesitamos continentes nuevos, sino personas nuevas.” Bon Voyage.

webmaster

Comments are closed here.

error

¡Descubre más sobre viajes!

RSS
Follow by Email
Facebook
Facebook
Instagram